14-01-2011, 11:53
Domenicali ha hablado y ha comentado la estrategia de la Scuderia para 2011, y destaca las novedades más interesantes para lograr su objetivo: ser campeones mundiales de pilotos y de constructores.
En enero todo se ve más claro. Año nuevo y nuevos planes. Eso significa también nuevos retos y nueva ilusión. Abu Dabi queda muy lejos. Es hora de pensar en el futuro inmediato. Y para Domenicali no hay otro objetivo que Bahréin. ¿La obsesión? La misma de siempre: ser campeones: "El objetivo para 2011 es tan fácil de decir como difícil de lograr: hay que avanzar un puesto en el mundial de pilotos, (respecto a 2010) y dos en el de constructores. Esos deben ser nuestros objetivos, porque somos Ferrari. Para lograrlo queremos un coche muy competitivo y fiable desde el inicio. Sabemos que tenemos que ser perfectos, incluso en la reacción sobre los contratiempos que se presentan en un fin de semana. Porque cuando los oponentes son tan fuertes y numerosos, es lo que se necesita si se quiere ganar".
Ganar. Todos repiten el mismo verbo. Un verbo extraño y, a veces, contradictorio: Felipe Massa ganó el Gran Premio de Brasil de 2009, pero perdió el mundial. Ganar y perder no sólo depende de uno mismo. Hay que contar con los rivales. Y los rivales están al acecho, preparando sus armas, con sigilo, en secreto, pero con las mismas ansias de victoria. En Ferrari, también.
El resultado se llama F11, y el 28 de enero se presentará en Maranello, con una posterior sesión oficial de fotografías (si el tiempo lo permite) en Fiorano. Fernando Alonso será el privilegiado que primero se ponga a sus mandos. Será en Valencia, en el circuito español de Cheste, el 1 de febrero. El relevo se lo dará a su compañero, Felipe Massa, tres días después.
Domenicali tiene muchas esperanzas en el nuevo bólido, aunque anticipa que el coche de las fotografías será distinto del que veamos al inicio del mundial: "El coche que veréis en la presentación de Maranello será muy diferente al que debutará el 13 de marzo en Bahréin", advierte. "Continuaremos desarrollando el coche hasta el último día posible, pues creemos que los demás equipos harán lo mismo".
Pero un bólido no es nada sin unos buenos pilotos. Fernando Alonso y Felipe Massa repetirán como compañeros de equipo. El rendimiento del brasileño quedó en entredicho la pasada temporada, eclipsado por el español, pero Domenicali confía en ambos para rubricar un año apasionante: "Fernando demostró, especialmente en la segunda mitad de la temporada, que tiene un talento extraordinario. Pero fue una sorpresa qué rápidamente se integró con nuestro equipo. Felipe tuvo una temporada difícil, pero estoy totalmente convencido de que sabrá cómo reaccionar correctamente. Queremos tener dos pilotos fuertes, capaces de ganar. Es lo que se necesita si se aspira a ganar ambos títulos".
Quién será primer piloto. Quién segundo. Quizá no lo digan abiertamente, pero siempre hay un primer piloto. En Ferrari, también. Y no es una elección tomada al azar. No es arbitrario. Formar parte de la estrategia, de la recompensa por ser el mejor. Domenicali apoya esta teoría, y promete que en 2011 la volverá a poner en práctica gracias a la mayor justicia posible: el asfalto.
"Como siempre, no hay una jerarquía al inicio de la temporada, pues se determina por lo que pase en la pista", comenta Domenicali. Sólo quien sea campeón del mundo al final de la temporada podrá justificar esa decisión.
En enero todo se ve más claro. Año nuevo y nuevos planes. Eso significa también nuevos retos y nueva ilusión. Abu Dabi queda muy lejos. Es hora de pensar en el futuro inmediato. Y para Domenicali no hay otro objetivo que Bahréin. ¿La obsesión? La misma de siempre: ser campeones: "El objetivo para 2011 es tan fácil de decir como difícil de lograr: hay que avanzar un puesto en el mundial de pilotos, (respecto a 2010) y dos en el de constructores. Esos deben ser nuestros objetivos, porque somos Ferrari. Para lograrlo queremos un coche muy competitivo y fiable desde el inicio. Sabemos que tenemos que ser perfectos, incluso en la reacción sobre los contratiempos que se presentan en un fin de semana. Porque cuando los oponentes son tan fuertes y numerosos, es lo que se necesita si se quiere ganar".
Ganar. Todos repiten el mismo verbo. Un verbo extraño y, a veces, contradictorio: Felipe Massa ganó el Gran Premio de Brasil de 2009, pero perdió el mundial. Ganar y perder no sólo depende de uno mismo. Hay que contar con los rivales. Y los rivales están al acecho, preparando sus armas, con sigilo, en secreto, pero con las mismas ansias de victoria. En Ferrari, también.
El resultado se llama F11, y el 28 de enero se presentará en Maranello, con una posterior sesión oficial de fotografías (si el tiempo lo permite) en Fiorano. Fernando Alonso será el privilegiado que primero se ponga a sus mandos. Será en Valencia, en el circuito español de Cheste, el 1 de febrero. El relevo se lo dará a su compañero, Felipe Massa, tres días después.
Domenicali tiene muchas esperanzas en el nuevo bólido, aunque anticipa que el coche de las fotografías será distinto del que veamos al inicio del mundial: "El coche que veréis en la presentación de Maranello será muy diferente al que debutará el 13 de marzo en Bahréin", advierte. "Continuaremos desarrollando el coche hasta el último día posible, pues creemos que los demás equipos harán lo mismo".
Pero un bólido no es nada sin unos buenos pilotos. Fernando Alonso y Felipe Massa repetirán como compañeros de equipo. El rendimiento del brasileño quedó en entredicho la pasada temporada, eclipsado por el español, pero Domenicali confía en ambos para rubricar un año apasionante: "Fernando demostró, especialmente en la segunda mitad de la temporada, que tiene un talento extraordinario. Pero fue una sorpresa qué rápidamente se integró con nuestro equipo. Felipe tuvo una temporada difícil, pero estoy totalmente convencido de que sabrá cómo reaccionar correctamente. Queremos tener dos pilotos fuertes, capaces de ganar. Es lo que se necesita si se aspira a ganar ambos títulos".
Quién será primer piloto. Quién segundo. Quizá no lo digan abiertamente, pero siempre hay un primer piloto. En Ferrari, también. Y no es una elección tomada al azar. No es arbitrario. Formar parte de la estrategia, de la recompensa por ser el mejor. Domenicali apoya esta teoría, y promete que en 2011 la volverá a poner en práctica gracias a la mayor justicia posible: el asfalto.
"Como siempre, no hay una jerarquía al inicio de la temporada, pues se determina por lo que pase en la pista", comenta Domenicali. Sólo quien sea campeón del mundo al final de la temporada podrá justificar esa decisión.
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