14-02-2011, 10:22
Un Ferrari como una roca
Fernando Alonso se va satisfecho de Jerez tras recorrer más de mil kilómetros sin averías pese a haber llevado el coche «al límite»
07:41
Fernando Alonso sale del garaje de Ferrari para iniciar una tanda de entrenamientos en Jerez. julio muñoz / efe
ÁLVARO FAES
Punto final a las pruebas de Jerez y la pretemporada que llega al ecuador. Fernando Alonso se queda un día más porque hoy Ferrari cierra el circuito para ellos. Toca grabar anuncios y rodar unos pocos kilómetros más. Minutos de oro para los patrocinadores y para el equipo por lo apretado de la preparación invernal. El asturiano terminó ayer su turno con 1.089 kilómetros repartidos en dos días y sin problemas ni averías. Gran noticia en torno al F150th, que no sólo es rápido sino que aparece fiable y robusto. «Quiero que el coche sea una roca cuando lleguemos a Bahrein. Lo he puesto al límite. El cambio, la temperatura, el motor, al agua? Dimos muchas vueltas al máximo para saber dónde puede fallar y qué se rompe más fácilmente», dice el bicampeón.
Si el sábado la paliza que se pegó Alonso se traducía en 131 vueltas, ayer llegó hasta las 115. Fue de nuevo el que más kilómetros se tragó, para alegría de sus ingenieros, que ahora deben procesar el aluvión de datos, con escaso tiempo hasta los entrenamientos de Barcelona, que comienzan el viernes.
Ferrari sale reforzado del segundo bloque de pruebas. Dicen todos los pilotos que las condiciones serán muy diferentes cuando lleguen los últimos entrenamientos en Bahrein. «Hemos recogido mucha información, pero allí las circunstancias serán otras y habrá que hacer todo de nuevo y ya será más parecido al Gran Premio».
Aunque sea así, en Ferrari pueden dejar Jerez contentos. El tiempo de Alonso fue el tercero en la lista de ayer (sorprendió ver a Barrichello y Kobayashi al frente de la tabla), pero de las tandas largas se entiende que el F150th está afinado. El asturiano rodó en medias entre 1.23 y 1.25, algo más rápido en sus mejores registros que el Red Bull, para el que Sebastian Vettel encontró defensa. «Unos salen a hacer tiempos, nosotros, no», dijo el alemán, sexto en la jornada.
Alonso no atendió a la crítica velada y consideró favoritos a los de la bebida energética. «No me he fijado mucho en ellos y aquí nadie sabe qué hacen los demás. Red Bull parte con el medio segundo de ventaja que tenía en la última carrera, así que deberían seguir en cabeza».
Más que nunca, las escuderías se han volcado en lo que llaman «entender los neumáticos». Los nuevos Pirelli prometen emociones fuertes. «Tras quince o veinte vueltas se les acaba la vida útil. Creo que va a cambiar la manera de correr. Habrá más paradas en boxes y diferentes tácticas. Ojalá favorezca el espectáculo, pero para nosotros seguro que supondrá un poco más de estrés», dice Alonso.
Por culpa de los Pirelli, cree el asturiano que la forma de pilotar del año pasado y la actual no admiten comparación. «Cuando cambiamos un muelle de la suspensión, un alerón o cualquier pequeña pieza, los tiempos varían dos o tres décimas. Pero con los neumáticos son un par de segundos y así es imposible comparar nada».
La cifra oficial dice que entre los cuatro días de entrenamientos acudieron 25.000 espectadores a los ensayos de Jerez, aunque daba la sensación de que esa cifra bien pudo alcanzarse ya el primer día que Alonso estuvo en la pista, el sábado, con cuatro gradas repletas.
El día estaba finiquitado. Con la sesión a punto de cerrarse, Ferrari ordenó retirarse a Fernando Alonso. El asturiano ya descansaba en el autobús que el equipo lleva a los entrenamientos cuando su ingeniero, Andrea Stella, daba la voz de alarma. «Fernando tiene que volver, está lloviendo». Las nubes grises amenazaron toda la tarde, pero no descargaron hasta última hora. El chaparrón de última hora entregaba unos pocos minutos para estrenar los neumáticos de agua. Alonso, Buemi, Barrichello y Rosberg se las apañaron para arañar cuatro vueltas a las ruedas intermedias. Poca cosa, pero menos es nada cuando solamente queda la visita a Barcelona antes del entrenamiento en Bahrein, y allí seguro que no lloverá.
No había tiempo ni para ajustar la carga de gasolina. Cada uno salió tal como tenía el coche y Fernando Alonso logró el segundo tiempo (1.38.178) de entre los cuatro que se lanzaron a la pista. Buemi (1.36.964) sacó el mejor crono con el Toro Rosso, y Barrichello y Rosberg no bajaron el minuto y cuarenta segundos.
Mal día para los ingleses de McLaren. Se quejan de que el viento les impidió cumplir sus planes y de que Button no pudo encontrar «un buen equilibrio en el coche». Para colmo de sus males, un fallo en uno de los componentes internos del monoplaza los obligó a retirarse de la sesión antes de tiempo. Entre contratiempo y contratiempo, McLaren deja Jerez con sólo 233 vueltas entre Hamilton y Button. La traducción a kilómetros dice que han rodado 1.031, prácticamente la mitad de los que ha conseguido Ferrari (2.050) en sus 463 vueltas.
LNE
Fernando Alonso se va satisfecho de Jerez tras recorrer más de mil kilómetros sin averías pese a haber llevado el coche «al límite»
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Fernando Alonso sale del garaje de Ferrari para iniciar una tanda de entrenamientos en Jerez. julio muñoz / efe
ÁLVARO FAES
Punto final a las pruebas de Jerez y la pretemporada que llega al ecuador. Fernando Alonso se queda un día más porque hoy Ferrari cierra el circuito para ellos. Toca grabar anuncios y rodar unos pocos kilómetros más. Minutos de oro para los patrocinadores y para el equipo por lo apretado de la preparación invernal. El asturiano terminó ayer su turno con 1.089 kilómetros repartidos en dos días y sin problemas ni averías. Gran noticia en torno al F150th, que no sólo es rápido sino que aparece fiable y robusto. «Quiero que el coche sea una roca cuando lleguemos a Bahrein. Lo he puesto al límite. El cambio, la temperatura, el motor, al agua? Dimos muchas vueltas al máximo para saber dónde puede fallar y qué se rompe más fácilmente», dice el bicampeón.
Si el sábado la paliza que se pegó Alonso se traducía en 131 vueltas, ayer llegó hasta las 115. Fue de nuevo el que más kilómetros se tragó, para alegría de sus ingenieros, que ahora deben procesar el aluvión de datos, con escaso tiempo hasta los entrenamientos de Barcelona, que comienzan el viernes.
Ferrari sale reforzado del segundo bloque de pruebas. Dicen todos los pilotos que las condiciones serán muy diferentes cuando lleguen los últimos entrenamientos en Bahrein. «Hemos recogido mucha información, pero allí las circunstancias serán otras y habrá que hacer todo de nuevo y ya será más parecido al Gran Premio».
Aunque sea así, en Ferrari pueden dejar Jerez contentos. El tiempo de Alonso fue el tercero en la lista de ayer (sorprendió ver a Barrichello y Kobayashi al frente de la tabla), pero de las tandas largas se entiende que el F150th está afinado. El asturiano rodó en medias entre 1.23 y 1.25, algo más rápido en sus mejores registros que el Red Bull, para el que Sebastian Vettel encontró defensa. «Unos salen a hacer tiempos, nosotros, no», dijo el alemán, sexto en la jornada.
Alonso no atendió a la crítica velada y consideró favoritos a los de la bebida energética. «No me he fijado mucho en ellos y aquí nadie sabe qué hacen los demás. Red Bull parte con el medio segundo de ventaja que tenía en la última carrera, así que deberían seguir en cabeza».
Más que nunca, las escuderías se han volcado en lo que llaman «entender los neumáticos». Los nuevos Pirelli prometen emociones fuertes. «Tras quince o veinte vueltas se les acaba la vida útil. Creo que va a cambiar la manera de correr. Habrá más paradas en boxes y diferentes tácticas. Ojalá favorezca el espectáculo, pero para nosotros seguro que supondrá un poco más de estrés», dice Alonso.
Por culpa de los Pirelli, cree el asturiano que la forma de pilotar del año pasado y la actual no admiten comparación. «Cuando cambiamos un muelle de la suspensión, un alerón o cualquier pequeña pieza, los tiempos varían dos o tres décimas. Pero con los neumáticos son un par de segundos y así es imposible comparar nada».
La cifra oficial dice que entre los cuatro días de entrenamientos acudieron 25.000 espectadores a los ensayos de Jerez, aunque daba la sensación de que esa cifra bien pudo alcanzarse ya el primer día que Alonso estuvo en la pista, el sábado, con cuatro gradas repletas.
El día estaba finiquitado. Con la sesión a punto de cerrarse, Ferrari ordenó retirarse a Fernando Alonso. El asturiano ya descansaba en el autobús que el equipo lleva a los entrenamientos cuando su ingeniero, Andrea Stella, daba la voz de alarma. «Fernando tiene que volver, está lloviendo». Las nubes grises amenazaron toda la tarde, pero no descargaron hasta última hora. El chaparrón de última hora entregaba unos pocos minutos para estrenar los neumáticos de agua. Alonso, Buemi, Barrichello y Rosberg se las apañaron para arañar cuatro vueltas a las ruedas intermedias. Poca cosa, pero menos es nada cuando solamente queda la visita a Barcelona antes del entrenamiento en Bahrein, y allí seguro que no lloverá.
No había tiempo ni para ajustar la carga de gasolina. Cada uno salió tal como tenía el coche y Fernando Alonso logró el segundo tiempo (1.38.178) de entre los cuatro que se lanzaron a la pista. Buemi (1.36.964) sacó el mejor crono con el Toro Rosso, y Barrichello y Rosberg no bajaron el minuto y cuarenta segundos.
Mal día para los ingleses de McLaren. Se quejan de que el viento les impidió cumplir sus planes y de que Button no pudo encontrar «un buen equilibrio en el coche». Para colmo de sus males, un fallo en uno de los componentes internos del monoplaza los obligó a retirarse de la sesión antes de tiempo. Entre contratiempo y contratiempo, McLaren deja Jerez con sólo 233 vueltas entre Hamilton y Button. La traducción a kilómetros dice que han rodado 1.031, prácticamente la mitad de los que ha conseguido Ferrari (2.050) en sus 463 vueltas.
LNE
" creo que he pasado toda mi vida, los nueve últimos años de mi carrera en la Fórmula 1 preparándome para este momento, para estar listo. Al fin ha llegado." Fernando Alonso (30/09/09)