06-03-2012, 17:35
¿Qué le pasa al Ferrari?
06 MAR 2012 09:50
¿Es tan malo el Ferrari como Ferrari dice? ¿Es una estrategia? ¿Van mucho mejor los demás? No parece..., pero es cierto que cuesta imaginar al Real Madrid, el Barcelona o el Milan descartándose de las victorias tras los partidos de la pretemporada estival. Nadie visualiza a Mourinho o Guardiola señalando en agosto a otros como favoritos y quitándose de en medio. En la Fórmula 1 insisten siempre en matizar que nada tiene que ver su negocio con el fútbol, que las recurrentes comparaciones son injustas. Tienen razón en la esencia, porque ambas disciplinas están alejadísimas ¿distanciadas por el impacto mecánico?, pero los grandes escudos, en una camiseta o en un monoplaza, comparten leyenda, obligación y responsabilidad con sus aficionados. Han crecido en la cultura del éxito y en un escenario perdedor se mueven con bastante torpeza.
De ahí, de la expectativa siempre ganadora, surge el desconcierto al escuchar a Ferrari vestirse de segundona cuando quedan menos de dos semanas para que arranque el Mundial. La Scuderia ha terminado los entrenamientos invernales con el ánimo tocado porque su revolucionario coche no ha respondido como esperaban. «No estamos para podio», aseguró Pat Fry, su director técnico. Presionados por el dominio abrumador de Red Bull, decidieron cambiar radicalmente el concepto de los modelos anteriores con el objetivo de mejorar, sobre todo, las respuestas aerodinámicas del F2012. «Es difícil de entender», ha reconocido el propio Fernando Alonso sobre una máquina que, al menos, sí ha solucionado una de sus grandes mermas del pasado año: el calentamiento de las ruedas. Cuando antes suban de temperatura las gomas, antes toma ritmo el coche. En 2011, al español le costaba muchísimo encontrar el punto adecuado al neumático y cuando lo conseguía, la degradación llegaba de inmediato.
Ahora, la situación ha dado un giro. El calzado se calienta rápidamente, pero se esfuma a la misma velocidad, un handicap que están padeciendo todos los equipos y que vaticina carreras más lentas en el próximo campeonato. En este aspecto, la limitación de los escapes soplados influye notablemente y provoca el despiste de todos los aspirantes, que han variado la colocación de sus salidas de gases a lo largo de los test.
Un ejemplo del desconcierto general es que Red Bull probó el pasado fin de semana en Montmeló con una orientación de los escapes similar a la que Ferrari relevó tras lucirlos en las primeras pruebas, en Jerez. El coche campeón sufrió como nunca, con Sebastian Vettel parado casi toda la jornada sin poder rodar ¿Quién está en el camino correcto? «Si nos sucede a nosotros lo que a ellos el pasado domingo, se diría que estamos en un buen lío», dice Alonso, que, calculador, esparce dudas también hacia sus rivales. «Nadie ha sacado un segundo a nadie. No lo olvidemos», recuerdan desde su entorno, señalando además que el piloto ve posibilidades al coche. Cree que hay materia prima y tiempo para despertar.
Él, aseguran, está contento, más que nunca, y más optimista de lo que transmite su escudería. Detrás de la revolución técnica y de despachos llevada a cabo en los últimos meses en Maranello, destaca la mirada severa del asturiano, que no está dispuesto a pasar por la historia de Ferrari sin un título de campeón del mundo. «No olvidemos que hace dos años llegamos a Bahrein pensando que éramos el quinto equipo, e hicimos un doblete [primero él, segundo Massa]», recordó ayer en Maranello, donde la marca convocó un comité urgente de crisis para analizar su estado. Alonso voló con el resto del equipo el domingo por la noche desde Barcelona y su compañero viajó en coche desde su casa, en Mónaco.
Precisamente, la gran distancia en los tiempos de ambos durante los entrenamientos -mucho más rápido el español que el brasileño- no es un buen síntoma. Con coches mediocres, las diferencias entre pilotos de distinto nivel se disparan. Si el F2012 fuera una avión, Massa estaría más cerca.
Además, frente al relativo positivismo del bicampeón, de los mandos ferraristas surgen palabras como «desilusión» o «descontento» al mismo tiempo que tiran de orgullo para advertir a sus enemigos: «Que nadie nos descarte». Eso sí suena a espíritu de un grande.
http://twitter.com/JaimeELMUNDOF1
06 MAR 2012 09:50
¿Es tan malo el Ferrari como Ferrari dice? ¿Es una estrategia? ¿Van mucho mejor los demás? No parece..., pero es cierto que cuesta imaginar al Real Madrid, el Barcelona o el Milan descartándose de las victorias tras los partidos de la pretemporada estival. Nadie visualiza a Mourinho o Guardiola señalando en agosto a otros como favoritos y quitándose de en medio. En la Fórmula 1 insisten siempre en matizar que nada tiene que ver su negocio con el fútbol, que las recurrentes comparaciones son injustas. Tienen razón en la esencia, porque ambas disciplinas están alejadísimas ¿distanciadas por el impacto mecánico?, pero los grandes escudos, en una camiseta o en un monoplaza, comparten leyenda, obligación y responsabilidad con sus aficionados. Han crecido en la cultura del éxito y en un escenario perdedor se mueven con bastante torpeza.
De ahí, de la expectativa siempre ganadora, surge el desconcierto al escuchar a Ferrari vestirse de segundona cuando quedan menos de dos semanas para que arranque el Mundial. La Scuderia ha terminado los entrenamientos invernales con el ánimo tocado porque su revolucionario coche no ha respondido como esperaban. «No estamos para podio», aseguró Pat Fry, su director técnico. Presionados por el dominio abrumador de Red Bull, decidieron cambiar radicalmente el concepto de los modelos anteriores con el objetivo de mejorar, sobre todo, las respuestas aerodinámicas del F2012. «Es difícil de entender», ha reconocido el propio Fernando Alonso sobre una máquina que, al menos, sí ha solucionado una de sus grandes mermas del pasado año: el calentamiento de las ruedas. Cuando antes suban de temperatura las gomas, antes toma ritmo el coche. En 2011, al español le costaba muchísimo encontrar el punto adecuado al neumático y cuando lo conseguía, la degradación llegaba de inmediato.
Ahora, la situación ha dado un giro. El calzado se calienta rápidamente, pero se esfuma a la misma velocidad, un handicap que están padeciendo todos los equipos y que vaticina carreras más lentas en el próximo campeonato. En este aspecto, la limitación de los escapes soplados influye notablemente y provoca el despiste de todos los aspirantes, que han variado la colocación de sus salidas de gases a lo largo de los test.
Un ejemplo del desconcierto general es que Red Bull probó el pasado fin de semana en Montmeló con una orientación de los escapes similar a la que Ferrari relevó tras lucirlos en las primeras pruebas, en Jerez. El coche campeón sufrió como nunca, con Sebastian Vettel parado casi toda la jornada sin poder rodar ¿Quién está en el camino correcto? «Si nos sucede a nosotros lo que a ellos el pasado domingo, se diría que estamos en un buen lío», dice Alonso, que, calculador, esparce dudas también hacia sus rivales. «Nadie ha sacado un segundo a nadie. No lo olvidemos», recuerdan desde su entorno, señalando además que el piloto ve posibilidades al coche. Cree que hay materia prima y tiempo para despertar.
Él, aseguran, está contento, más que nunca, y más optimista de lo que transmite su escudería. Detrás de la revolución técnica y de despachos llevada a cabo en los últimos meses en Maranello, destaca la mirada severa del asturiano, que no está dispuesto a pasar por la historia de Ferrari sin un título de campeón del mundo. «No olvidemos que hace dos años llegamos a Bahrein pensando que éramos el quinto equipo, e hicimos un doblete [primero él, segundo Massa]», recordó ayer en Maranello, donde la marca convocó un comité urgente de crisis para analizar su estado. Alonso voló con el resto del equipo el domingo por la noche desde Barcelona y su compañero viajó en coche desde su casa, en Mónaco.
Precisamente, la gran distancia en los tiempos de ambos durante los entrenamientos -mucho más rápido el español que el brasileño- no es un buen síntoma. Con coches mediocres, las diferencias entre pilotos de distinto nivel se disparan. Si el F2012 fuera una avión, Massa estaría más cerca.
Además, frente al relativo positivismo del bicampeón, de los mandos ferraristas surgen palabras como «desilusión» o «descontento» al mismo tiempo que tiran de orgullo para advertir a sus enemigos: «Que nadie nos descarte». Eso sí suena a espíritu de un grande.
http://twitter.com/JaimeELMUNDOF1
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